Historia de VIHDA 4: Pedro 

Pedro es un abogado oriundo de Barquisimeto, Venezuela.  Hace 4 años salió de su país en busca de días mejores, hasta que llegó a Ecuador.  Tiene 41 años y desde hace 2 años y medio conoce su diagnóstico VIH positivo, lo cual no ha sido una limitante para salir adelante, aunque sí reconoce que le ha cambiado la vida.

Gracias a Pedro (nombre protegido) por compartir su historia.

 

Casualmente fui con unas amistades a realizarnos la prueba rápida de VIH en una fundación y en esa oportunidad salió negativa, pero después de unos 3 meses me hice otra prueba y esa salió reactiva.

Cuando recibí mi diagnóstico fue algo inesperado.  Recuerdo que el personal de esa fundación me llevó primero al Hospital Eugenio Espejo, pero como estoy afiliado al IESS, no me aceptaron ahí y me remitieron al Hospital Carlos Andrade Marín.  Allí me dejaron.

Luego mediante un amigo conocí a otra persona de otra organización que me hizo el seguimiento, me acompañó y estuvo muy pendiente de mí.  Por eso digo que él es el angelito que me dio Ecuador, porque su apoyo fue muy importante en ese momento de mi vida.

Por la escasez de los medicamentos en el HCAM, esa persona me dijo que hay la posibilidad de cambiarse al Hospital de Calderón y como había escuchado muchas historias de falta de medicamentos en el HCAM, decidí cambiarme por mantener mi salud.  En el hospital de Calderón la atención es súper buena.

Muchas de las personas que tenemos el diagnóstico, mentalmente no estamos muy bien en ese momento.  No todos lo asumen con responsabilidad, incluso hay gente que se quiere suicidar, entonces si no le dan una buena atención en el hospital, lo estás mandando a un acto suicida.

Yo no he tenido mayores dificultades, solo por cierto personal de salud del HCAM, sobre todo un doctor que da una atención pésima, casi que me dice de que voy a morir, que tengo VIH/sida.

El marco jurídico del Ecuador me parece súper bien, tiene buenas garantías para las personas.  Yo di clases en un centro de capacitación para guardias de seguridad y en relación a la discriminación, yo les decía que se discrimina a las personas por ser diferentes, por ser venezolanos, por ser de la costa o por ser de la sierra, pero todos son ecuatorianos porque así lo establece la Constitución y que todos tenemos los mismos derechos, deberes y garantías.  La Constitución nos ampara a todas las personas que pisamos tierra ecuatoriana.

Pienso que el marco legal no se aplica sobre todo por el desconocimiento, la mayoría de personas no la leído la Constitución y no conocen sobre los derechos y deberes.

También hay que sensibilizar a la sociedad y a las autoridades que deben hacer cumplir las leyes, porque de nada vale tener una ley que nos ampare todo si no la conocemos ni la ponemos en práctica, ni accionamos los tribunales que les corresponde hacer cumplir la ley.  Es decir, debemos empoderarnos de todo el marco legal que nos ampara y activarlo.

Creo que debemos seguir haciendo talleres de capacitación como los que hace Fundación Matices, los veo súper interesantes.  

Mucha gente no tiene ni idea de las leyes que existen, que hay una sentencia de la Corte Constitucional, que tenemos derecho al acceso universal a la salud, pero sobre todo que seamos multiplicadores de esa información y que conozcamos también cómo realizar una denuncia o alguna diligencia en el Estado.

Hay mucha gente le da miedo y dice que es porque no tiene abogado, pero para muchas cosas no hace falta un abogado, conocer los mecanismos de denuncias es lo importante.

Hay que sensibilizar más a la población, ahora ya no veo como antes mucha afluencia de venezolanos en la calle, en los buses, eso ha mermado bastante, ya no se siente tanto esa discriminación como antes.

He escuchado que en los hospitales públicos, cuando oyen un acento venezolano, la atención no es la misma, te hacen demorar más de la cuenta, pero a nivel general, no en la atención en VIH.  En ese aspecto, por ejemplo, he visto bastantes venezolanos y la atención es igual tanto para el ecuatoriano como el venezolano.  En ese sentido no he visto actos discriminatorios.